Dagoberto Tejeda ve comercio puede dañar el carnaval




Dagoberto Tejeda Ortiz
Dagoberto Tejeda Ortiz
Portada de “El Carnaval Dominicano”.

Por José Rafael Sosa
La comercialización del carnaval dominicano es importante para su continuación pero puede empobrecerlo, desnaturalizarlo y frenar su crecimiento cuantitativo y cualitativo, advierte el investigador folklórico, Dagoberto Tejeda Ortiz.

En las consideraciones de su libro “El Carnaval dominicano: antecedentes, tendencias y perspectivas”, Tejeda sostiene: "La competencia es de vida o muerte entre las empresas comerciales y los patrocinios son objeto de estrategias y secretos de mercadeo, donde son fundamentales las exclusividades".

Y continúa afirmando:"Los carnavales, en función de su importancia de mercado, son campos de batalla de empresas comerciales, bancos, medios de comunicación y agencias publicitarias".

El libro señala que el caso más relevante de comercialización es el de La Vega, en el cual se añaden a la oferta el alquiler de galerías, patios y viviendas durante todo el período festivo.

Sobre el carnaval de La Vega, afirma: "Desde hace más de 10 años, ante las perspectivas y tendencias del carnaval vegano, en su dimensión de renegar de sus orígenes y sus ancestros, de un diablo con una máscara oriental que nada tiene que ver con la tradición y un traje cada vez más extraño, varias veces hicimos el planteamiento de realizar un alto para diálogos críticos, o más bien autocríticos, honestos, de quienes nos preocupa y quieren el carnaval vegano, para buscar caminos que permiten un crecimiento , una modernización, sin la pérdida de las tradiciones y sin sacrificar la identidad".

Explica que la respuesta que ha recibido a esa petición ha sido caracterizada por las incomprensiones, amenazas, insultos y hasta enemistades. Añade que todavía se está a tiempo de realizar esos diálogos y llama a la Unión Carnavalesca Vegana y al Comité Organizador del Carnaval Vegano a que tomen ese camino.

También advierte sobre la pérdida de identidad de las manifestaciones del carnaval a partir de las ayudas y patrocinios.

"Esto implica que los verdaderos protagonistas del carnaval, luchen para el mantenimiento de sus manifestaciones, tornándose recelosos de las ayudas y los patrocinios, así como de cualquier injerencia que quiera usarse para desnaturalizarlo, sea ésta de carácter económico-político-comercial o de cualquier otra índole", afirma Dagoberto Tejeda.

Recomienda que la comercialización del carnaval sólo implique la venta de los espacios físicos de los desfiles, tanto a nivel comercial como de promoción por los medios de comunicación, pero nunca debe permitir la intromisión de los patrocinadores en el contenido y la organización, indicando que estos elementos "deben ser siempre una potestad de los organizadores locales para mantener la autonomía conceptual y de contenido, garantizando la preservación de su identidad".

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