ENTRE LA VIDA Y EL DESTINO
La vida y el destino van de la mano si en la propia vida y el propio destino no existen las condiciones para que el ser humano se sienta protegido por lo demás.
Este es el drama cotidiano que a cada momento presenciamos por nuestra calle de Dios, donde aparecen personas desamparadas por sus familiares, por instituciones que prestan servicios que están destinadas para velar por éstos, en fin, por el responsable de conducir la ruta del estado que en un momento dado tiene la obligación de velar por los intereses de su pueblo.
La Romana, ciudad eminentemente turística, que viene ofreciéndole una acogida especial a nuestros distinguidos visitantes donde demostramos lo que tenemos, cuenta con personas hambrientas, desamparadas o más bien desprotegidas, que “pululan” por nuestras calles, avenidas y parques, ante la mirada indiferente de los demás, ocasionando con esto, un daño irreversible que atenta a nuestras costumbres y razón de ser.
Ustedes se imaginan señores, que estas imágenes, precisamente, se cuelen al exterior y nuestros visitantes la lleven a sus lugares de origen y testimonien el cuadro miserable que presentan y que por ello desmotiven a los que quieren venir algún día a nuestra ciudad?.
Es por lo cual, que hacemos un llamado a las autoridades competentes, para que evalúen los casos que presentamos en este trabajo como de otros, para que el departamento de atención que tiene que ver con este tipo de personas, cumpla con su deber y proceda a retirar estos personeros, que por desdicha de la vida y el destino, le ha jugado una mala pasada y escogen la vía pública para realizar sus necesidades habituales sin importar la mala imagen que representa esta situación en la que se encuentran de manera inconsciente realizando un deprimente espectáculo en la sociedad que vivimos.
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