Santo Domingo.- Después de pasearse con calidad y el donaire de reina por el voleibol dominicano durante la década de los ochentas, Marina Contreras ha encontrado en ESPN el espacio ideal para continuar vinculada, sólo que detrás de una cabina, con las actividades del músculo y la mente.
Contreras, una carismática acomodadora que supo combinar el deporte con los estudios, ingresó en 1994 como comentarista voleibol de esa prestigiosa cadena.
Todo ocurrió un buen día, cuando al comentarista Randy Álvarez, de ESPN, le asignaron la tarea de buscar en la Universidad de New Haven, a una persona con conocimientos de voleibol y del idioma español.
Contreras era una de las jugadoras principales jugadoras y estudiantes de Diseño de Interiores de esa academia.
“Esa tiene que ser Marina”, le respondió su coach Debbie Chin, quien se encontraba en la cancha.
Un primera prueba bastó para que le dieran un trabajo en el que se siente como pez en el agua.
“Mi trabajo gustó y luego me fueron asignando a diferentes programas, como patinaje artístico, gimnasia, los deportes de invierno y extremos”, manifiesta la exatleta en visita realizada a LISTÍN DIARIO.
“No es porque trabaje allí, pero para mí es la mejor cadena de deportes de Estados Unidos”, declara.
“Me siento muy orgullosa de trabajar para esa empresa y muy cómoda y, bueno, me gusta muchísimo porque se trata del deporte, que es lo que yo toda la vida he amado”, significa.
El profesor Nelson Ramírez, secretario de la Federación Dominicana de Voleibol y una persona que conoce bien la trayectoria de esta dama del deporte, resalta que ella fue una atleta excepcional que pasó con notas sobresalientes tanto en el rol de atleta como de estudiante.
“Marina fue una atleta muy perseverante, que en base a su trabajo en un momento logró ser la acomodadora titular de la selección de voleibol”, subraya. “Ella llegaba primero y se iba de último en los entrenamientos”.
Marina para mí fue una excelente atleta y sí fue excelente atleta mejor es que como ser humano”, enfatizó, a su vez, el licenciado Fausto Severino, jugador y posteriormente dirigente de la Fedovoli durante las décadas de los 70.
“Luchadora incansable por su desarrollo integral y familiar. Quizás lo que le hace falta a los atletas de hoy es verse en el espejo de ella y pensar en el futuro que les espera si no logran superarse como deportistas y como profesionales técnicos y/o académicos”, agrega.
Al tanto
Marina, cuya carrera la desarrolló con los sextetos de Naco y Bameso, se mantiene al día con las nuevas brisas que soplan en el voleibol mundial y, sobre todo, de los éxitos alcanzados por la selección dominicana.
“Desde la entrada de Cristóbal Marte el voleibol femenino hizo un repunte impresionante. La diferencia es del cielo a la tierra, ha mejorado.
La República Dominicana se respeta a nivel internacional y ya eso es bastante”, destaca.
Entre sus favoritas señala a Milagritos Cabral y Yudelkis Bautista, mientra que de la última generación habla en términos elogiosos de la líbero Brenda Castillo y de la salidora Lisvet Eve Mejía (La China).
Al ser cuestionada sobre jugadoras que brillaron en la década del 80, considera que las bamesianas Ana Antonia Núñez y Ana Crisóstomo, así como las naqueñas Zenaida Núñez y Mirian García, entre otras, reúnen los mejores suficientes para ser ingresadas al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano
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