EL LANZADOR DE GRANDES LIGAS INVITA A COMPARTIR SU COMENTARIO

por: Miguel Batista
publicado: miércoles, 2 de abril de 2008 | Enviar a un amigo | Imprimir

En muchas oportunidades hemos escuchado que nosotros los beisbolistas somos unos brutos ignorantes con músculos.

Pero no deben confundirse, una cosa es ser bruto y otra es ser ignorante; ustedes lo saben y mis lectores entienden el porque siempre he sido emisario de que "la esencia de un hombre no está en lo que dice, si no en la razón de porque lucha".

Hace algunos días alguien me comentó que le dio mucha vergüenza una vez que a su escuela llevaron a un jugador de béisbol, quien en ese momento era una estrella en Grandes Ligas. Él había sido invitado para que hablara con los niños.

El jugador, el cual era también un hijo de ese pueblo, aceptó la propuesta del sacerdote provincial para que motivara a los niños a practicar deportes y al buen comportamiento. "Eso daba vergüenza, ese hombre no sabia hablar, tenía una forma de expresarse tan baja y de barrio", me comentó aquella persona con cara de desprecio.

"¿Tú vas a la universidad?", fue lo primero que le pregunté. Luego de escuchar su afirmación terminé diciéndole, "a ti si no se te puede perdonar que hables de esa manera, tú estudias, vas a la universidad y dentro de poco tiempo, como alegas serás doctor.

Él no. Él simplemente juega béisbol, es sólo un simple muchacho de barrio que Dios le dio la oportunidad de hacer algo con su vida de una forma diferente a la tuya. No critiques a quien no se sabe expresar como debe, ya que lo que importa es que se haga lo que se debe, aunque no se exprese".

Algunos de mis colegas me han comentado muchas cosas sobre sus vidas y sus orígenes de las cuales a través de este medio, yo en forma de un eco humanitario, les he dejado saber. Hoy les quitare la coraza a varias de esas vidas para que muchos de ustedes puedan ver, porque es tan lenta la tortuga y tan dura la cáscara de la nuez.

"La gente juzga sin saber", me confesó hace tiempo un compañero. "Mucha gente me critica porque casi no se leer ni escribir, pero como voy a saber si a la edad de cinco años mi padre me sentó en la mesa de la casa y me dijo que tenía que escoger entre ir a la escuela o ayudarle en el mercado a traer la comida de la casa, ya que estábamos pasando por una situación muy dura, luego que mi madre enfermó.

Yo no tuve mas remedio que soltar los libros y agarrar una carretilla". Los ojos de mi compañero se empañaron y viéndole tragar bruscamente me dijo, "¿hoy la gente me critica porque yo a la edad de cinco años tuve que decidir entre ser un buen hijo y un hombre en mi casa o ir a la escuela? ".

Mi compañero bajó la mirada y trató de detener sus lágrimas inútilmente, secándose el rostro levantó la mirada y terminó diciéndome, "hoy lo poco que se leer y escribir es gracias a mi esposa, que me está enseñando todos los días en casa". "Miggy, yo le doy gracias a Dios por estar hoy donde estoy", me dijo un compañero venezolano hace varios años. "En Venezuela mi hermano y yo éramos miembros de una pandilla, todas esas marcas que tengo en mi cuerpo fueron de balazos y puñaladas que recibí, mientras peleábamos con los otros grupos; yo era un chamo que no sabía lo que hacía.

Después que comencé a jugar béisbol y formé parte de un equipo que representó a Venezuela en Japón, mi hermano mayor, quien era el jefe de la pandilla, al ver como los otros niños del barrio me miraban, luego del mundial, me dijo que no volviera más a la pandilla, que yo tenia la oportunidad de ser alguien en la vida a través del béisbol.

Yo le decía que no, pero él me dijo que me fijara como los niños del barrio me miraban con admiración, que yo tenía una cualidad que no muchos en el mundo tienen, que no la desperdiciara", me dijo. "Luego que firmé para jugar profesional y comencé en la liga de invierno, la gente en la calle me saludaba como si fuera un héroe, esa admiración del publico hacía mi es lo que me ha hecho darle otro valor a mi carrera, lo que me hace tratar de ser mejor cada día.

Ya ellos no me ven como el chamo malo que algún día iba a ser un malandro. Hoy soy el orgullo de mi barrio y ese honor me da responsabilidad y eso, fue lo que cambio mi vida", añadió. Una vez mirando a mi compañero de cuarto levantarse del suelo, después de estar postrado de rodillas rezando, por varios minutos antes de salir el sol, le pregunté. "¿Por qué eres tan religioso?".

Sus ojos brillaban de una forma extraña y serena, su voz pausada y profunda resonaron dentro de mi, cuando me dijo, "porque gracias a Dios y al béisbol soy un hombre de bien. Cuando yo era niño, mis padres eran devotos de la brujería. En las fiestas de santería a todos los niños nos daban a comer pan con sangre de los animales que se sacrificaban, supuestamente con el pretexto de que aquellos falsos dioses nos protegieran; pero conocí el Evangelio.

Dios me llevó por otros caminos, fue difícil para mí, ya que toda mi familia seguía practicando la brujería y yo era el único cristiano de la casa. Comencé a practicar el béisbol y con la ayuda de Dios, hoy soy un profesional de este deporte, no soy un simple hijo de una familia de haitianos, nacido en Santo Domingo sin futuro y sin salvación, hoy tengo un lugar a donde ir y un Dios a quien alcanzar.

Se que no soy una súper estrella, pero ya he convencido a mucha gente de que el mal no es el único camino que tiene el hombre. Mi Dios me sacó de ese mundo y me trajo aquí para dar testimonio de su poder y si el béisbol es el camino que él me dio para yo predicar su gloria, ve en mi el ejemplo de que en realidad no importa donde hayas nacido, sino donde quieras vivir".

Hay personas en el mundo que se suicidan al no querer ser nada en la vida, y por tal razón cometen el pecado mas grande que puede cometer el hombre. Yo que tuve la fortuna de tener una madre que se esforzó porque yo estudiara y que asistiera a la universidad antes de ser profesional; puedo decirles con exactitud que es cierto aquello que dice, "la educación de un hombre no está en sus títulos universitarios, sino en su humildad.

La virtud más grande del hombre no está en su conocimiento, sino en su bondad y el más admirable de los hombres no es el que más galardones ha recibido, sino aquel que supo ser hombre cuando fue necesario, aunque no se le galardonó".


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